LA BICI
¨Dani no me deje solo vea que me
caigo¨, me dijo el mientras yo me peinaba y le respondía,¨ tranquilo que ahora vamos juntos¨.
Entonces corrió y se cambió el pantalón, preocupado por eso de los regaños maternales debido a los constantes rotos del
uniforme del colegio.
Salimos con el fuerte sol de las
dos de la tarde sobre nosotros. Las primeras veces lo cogí de atrás y lo
impulsé, siempre se iba hacia la izquierda cayendo sobre un cerco de alambres, pero sin rendirse seguía.
Fue lo mismo
muchas veces, hasta que lo hizo, y cuando eso pasó se bajó de la bicicleta (que
por cierto era muy pequeña para él), y gritó ¨ ¡Dani!, ¿Vio? ¨, tómeme una foto
y mándesela a mi papá, el me dijo que cuando aprendiera volvía. El papá regresó
a las tres semanas pero se volvió a ir.
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